Falda

Podemos encontrarnos con faldas con un ruedo o zócalo en la parte de abajo, con otra tela por dentro, con una cinta, con otros pedazos, petachos, en la parte trasera… ¿por qué? Porque la falda se utilizaba para trabajar en el caserío y se podía romper fácilmente. La parte de abajo rozaba con el suelo o con las zarzas, y era lo que más se gastaba, se manchaba o se rompía. En ese caso, no era viable cambiar la falda, y añadían el zócalo o remataban la parte de abajo con cintas o telas. La parte trasera también se solía desgastar, por eso le añadían petachos. En cambio, la parte delantera no se desgastaba tanto porque llevaban un delantal que les cubría prácticamente toda la falda.
Para que la falda no quedara hueca y sin movimiento, le ponían otra tela por dentro, con el fin de que cogiera peso y quedara una falda salerosa.
Una característica de las mujeres vascas es que no escatimaban en cantidad de tela. Nunca han sido faldas de poco vuelo, todo lo contrario. La falda –y combinación– solía llevar un vuelo que medía aproximadamente dos veces su altura.
Las faldas de las baserritarras son largas, tienen que llegar casi hasta el tobillo (en caso de que el traje no sea para bailar), y se hacen con un encuentro delante y tablas hacia atrás. En aquella época no había gomas; la forma de atar era siempre a base de cintas.
Se solían recoger la falda solamente en momentos puntuales cuando iban a trabajar, para protegerla y no romperla. Pero, por norma general, una mujer de aquella época no enseñaba nunca la combinación.
En invierno, la falda de algodón no les era suficiente, necesitaban más ropa. Entonces, se ponían una falda de lana o de paño, para darles calor. La falda más conocida es la roja, pero podía ser de otros colores también. Eran faldas muy caras y apreciadas. Muchas veces eran parte del ajuar o eran un regalo que el novio le hacía a la novia.
Como hemos comentado antes, el reciclaje de tejidos es una tónica general, por lo que también se usaban faldas de petachos. Sin embargo, esa costumbre se concentraban en zonas como Txorierri o Martutene.

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Combinación

La combinación, además de ser una prenda interior, se usaba para dar volumen a la falda. Siempre la llevaban, no salían sin combinación.
Como ya hemos dicho, se les podía ver la combinación en momentos concretos del trabajo, ya que se recogían la falda para protegerla, pero si no, una mujer de la época no la solía enseñar.
Normalmente la hacían de dos o tres pedazos de tela fina de algodón, con un volante en la parte inferior, adornándola con puntillas o lorzas, pero no les ponían cintas de colores.

Pololos

Estas pantalonetas las confeccionaban en tela blanca, normalmente ajustada por encima de la rodilla. Adornaban la pernera con puntillas y lorzas pero nunca con cintas de colores. Era una prenda que siempre la usaban.

Delantal

Los delantales eran tan largos como las faldas (o unos 5 cm menos), y servían para protegerlas cuando trabajaban.
A veces se recogían los delantales para que no se les viera lo sucio, por eso solemos ver los delantales recogidos.
Podían tener bolsillos, zócalo o petachos para remendarlos, volantes…. y jugaban combinando distintas telas, al hilo o al bies, para adornarlos.
En ocasiones especiales, podían llevar un delantal más pequeño, o blanco con puntillas, vainicas, etc. o incluso ir sin delantal.

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